La hora del planeta. Suena lindo, pero no es suficiente

La hora del planeta. Suena lindo, pero no es suficiente.

La hora del planeta es una iniciativa de la WWF que busca generar consciencia sobre la necesidad de tomar medidas frente al cambio climático, y también ahorrar energía y reducir la contaminación lumínica. La primera vez que se “celebró” fue el 31 de marzo de 2007, en Sydney, Australia.

Con el título digo todo lo que pienso sobre esa iniciativa. Sí, es bonita, y sí, cuando mucha gente se pone de acuerdo para apagar las luces hay ahorro de energía y reducción de la contaminación lumínica… pero no, no es suficiente. Una hora no basta para pensar en un tema tan complejo y tan urgente, y menos cuando la acción de apagar las luces de la casa no viene acompañada de encender unas cuantas luces en la cabeza.

La hora del planeta es como pegarle a la mamá todos los días, pero invitarla a comer el día de la madre

Este tipo de cosas me ponen en conflicto; al fin de cuentas todo gran proceso de cambio empieza con gestos pequeños, y parte importante de lo que comparto en este blog parte de la idea de que “poquito a poco se llega lejos”. Pero es que esa es la cosa: no podemos saltarnos la parte de “llegar lejos”… sin eso, nos quedamos sólo con un “poquito”.

Por supuesto, no se trata tampoco de quedarnos paralizados ante la complejidad de los problemas del mundo. Hay que dar el primer paso, y ese primer paso bien puede ser el de apagar la luz hoy durante una hora. Sin embargo —como ya lo he dicho antes— el primer paso no es el último, y no debe ser el único.

Por eso decidí hacer una recopilación con diez publicaciones que he hecho antes, y que pienso que pueden servir como inspiración para que la Hora del planeta de hoy no sea un apagón de 60 minutos, sino el punto de partida para que demos el siguiente paso y empecemos a comprometernos con un cambio real, uno que no equivalga a invitar a comer una sola noche a una mamá que vive maltratada todo el resto del año. Aquí van:


1:

Disfruta de una noche sin luz, y haz que forme parte de tus rutinas semanales. Porque la hora del planeta es para amateurs ;-)


2:

Asume compromisos más ambiciosos en torno al cuidado del planeta, y no pierdas la cabeza en el proceso. Aquí te sugiero algunas cosas que debes evitar si quieres cambiar el mundo.


3:

Empieza a cuestionar el impacto ambiental de tus hábitos alimenticios. Aquí tienes algunos datos que te pueden servir como punto de partida. 


4:

Si el punto anterior de hizo sonar algunas alarmas en la cabeza (como debería), puedes empezar por el “lunes sin carne”. Si te queda chico el “desafío”, o ya lo aplicas y quieres aumentar el nivel de compromiso, aquí te doy cinco ideas para que lo lleves un paso más allá.


5:

Analiza tus comportamientos… ¿qué harías si pasas frente a una casa que se está incendiando? Te cuento lo que hacen los personajes de esta parábola, y te invito a que pienses con cuál te identificas más. 


6:

Hablando de casas y del paralelo entre la casa pequeña en la que cada uno vive, y la casa grande que todos compartimos, te invito a pensar sobre cinco cosas que no haríamos en casa, pero se las hacemos al planeta.


7:

Uno de los objetivos de la Hora del planeta es que hablemos sobre el cambio climático. Bien, ¡hablemos! Te cuento diez datos sobre la COP 21 (la Conferencia mundial sobre cambio climático que se llevó a cabo hace unos meses en París) y algunas ideas para que empecemos a generar cambio.


8:

Colombia (por ejemplo) produce el 70% de su energía con hidroeléctricas, es decir, energía “limpia”. Sin embargo el funcionamiento de las hidroeléctricas depende del agua, y ahora atravesamos por una época de sequía atroz, que pone en riesgo no sólo la estabilidad energética de este país sino el equilibrio de todo el planeta. Aquí te cuento qué es la huella hídrica, y por qué deberías interesarte en conocerla. 


9:

Los humanos consumimos y consumimos, y generamos desechos que la naturaleza no es capaz de procesar. Muchas veces nos damos palmaditas en la espalda porque nos convencemos de que consumimos productos “sostenibles”, así que aquí te doy unas pistas de por qué no creo que esos productos existan, y aquí te invito a pensar también en la cantidad de basura que generamos, y cómo empezar a reducirla.


10:

La sostenibilidad no es un asunto de moda, es una cuestión de supervivencia, y está contemplada como un derecho básico en las leyes de los países. Aquí te cuento sobre un proyecto que aborda este tema, y te invito a que encuentres la legislación de tu país y participes en la conversación sobre el derecho a un #AmbienteSano. 


De nuevo: no estoy diciendo que los gestos pequeños (como la hora del planeta) no sirvan para nada. Lo que sí estoy diciendo es que los gestos tan pequeños, si no vienen acompañados de algo más, se quedan sólo en eso: gestos. No podemos generar cambio a menos que detrás de esos gestos existan cuestionamientos reales, y una verdadera disposición por ajustar nuestros hábitos y salir de la zona de confort.

Lo más curioso es que la WWF, que fue la organización que dio nacimiento a la Hora del planeta, tiene súper claro este asunto de los pequeños gestos: ellos mismos publicaron un reporte que se llama “Simple and painless, the limitations of spillover in environmental campaigning” y que aborda los peligros que se esconden detrás de las campañas ambientalistas que se limitan a invitar a la gente a hacer cambios “simples e indoloros”. En la primera página del reporte se encuentra nada más y nada menos que la siguiente frase:

No te distraigas con el mito de que “cada pequeña cosa cuenta”. Si todos hacemos poco, entonces lograremos sólo un poco.David McKay

Antes de que tires la toalla y abandones la intención de integrar poco a poco nuevos hábitos más sostenibles en tu vida, lee con cuidado la frase: “si todos hacemos poco…”, esa es la parte importante. Apagar la luz durante una hora, para mí, no sólo es poco sino exageradamente poco. Pero lo podemos ver de otra manera: es la excusa para que empecemos a hablar de cosas más grandes.

Para cerrar, te dejo una publicación en la que reivindico la idea de que las cosas pequeñas son importantes, y te doy algunas estrategias para que las ideas pequeñas crezcan sanas y fuertes, y el primer episodio de mi podcast, donde explico por qué decidí cambiar el nombre —y el enfoque— del blog, para asumir compromisos que no se queden solo en las cosas pequeñas. La hora del planeta no es suficiente si es sólo una hora al año… todas las horas son la hora del planeta.

¿Qué piensas de la hora del planeta? ¿Participas? ¿Qué otros cambios has empezado a integrar en tu vida cotidiana para tener mayor impacto positivo en el planeta? ¡Te espero en los comentarios!