No soy muy fan de las hojas grandes. Me encantan las hojas de hierbas aromáticas, el cilantro el perejil… pero la lechuga, la acelga, la espinaca y la col me parecen un poco aburridas. Obviamente se debe a que no experimento lo suficiente con ellas, así que no puedo echarle la culpa a la lechuga por mi falta de creatividad. A la rúcula la amo, esa sí me la como con todo (y ahora que la cultivo en casa, me la como con más ganas).
Pero la receta hoy no va de lechugas ni de rúculas. Va de col rizada (o kale, como se le dice ahora): una hoja oscura, muy bonita y nutritiva, pero con un sabor —al menos a mi gusto— un poco meh. Ya había experimentado con la col rizada en un batido poderoso, pero más allá de eso sólo la usaba para meterla sin ganas en las ensaladas.
Había visto hace tiempo una receta de chips de col pero no me animaba a probarla, hasta que una vez vi que los estaban vendiendo (ridículamente caros) en un lugar al que voy con frecuencia… y no sé, algo hizo click en mí, y fue como “tengo que hacerlos y probarme a mí misma que pueden ser baratos”. El cerebro obra de maneras misteriosas.
En todo caso no le hice caso inmediato a mi cerebro. Tuvieron que pasar varias semanas, hasta que un día estaba comiendo en casa de un amigo y había unas hojas de col y no sabíamos qué hacer con ellas. Y pensamos en los chip de col. Y los hicimos. Y quedaron riquísimos. Y ahora cada vez que veo una col me la imagino en forma de chips.
Antes de pasar a la receta, creo que vale la pena aclarar un par de cosas:
1— Me gusta que se llame COL
No me gusta esto de “kale” básicamente porque —a pesar de que me encantan los idiomas y el inglés me parece maravilloso— no me gusta que le pongan nombres en inglés a las cosas sólo con la idea de hacerlas sonar “glamorosas”. Si no tuviera nombre en español sería otra cosa, pero lo tiene, y es hermoso. A la col no se la inventaron el año pasado… siempre ha estado ahí, pero pasaba desapercibida en los mercados hasta que la empezaron a vender como “kale“, y eso me parece triste. Con lo bonito que suena “col”.
2— Es nutritiva, pero no hace milagros
Parte de la fama que la col rizada ha obtenido recientemente es porque la metieron en una lista de vegetales de los de toda la vida, a los que ahora les dicen “súper-alimentos”. No me quiero extender con este tema, pero si te interesa leer más al respecto te recomiendo este artículo del European Food Information Council, y te dejo este párrafo, sacado de ahí mismo:
“Se ha popularizado el uso de la palabra «superalimento» en el lenguaje cotidiano referente a la alimentación y a la salud. Sin embargo, no existe ninguna definición técnica para esta palabra; no está claro que la evidencia científica en cuanto a los efectos de esos alimentos sobre la salud, aun cuando dichos efectos sean positivos, puedan aplicarse a las dietas en el mundo real. La mejor manera de garantizar una ingesta equilibrada de nutrientes de cara a una salud óptima sigue siendo el seguimiento de una alimentación variada, basada en alimentos ricos en nutrientes, que incluya abundante fruta y verdura.”
Conclusión: saltemos el bombo publicitario y sigamos preocupándonos por comer rico y balanceado, en lugar de esperar que un “súper-alimento” venga en sus pantalones ajustados y su capa a salvarnos la vida. Y pasemos a la receta :-)
Necesitas:
- Unas cuantas hojas de col rizada. Yo usé 5 hojas grandes para esta receta, pero si tienes más hojas (y más espacio en el horno) puedes hacer mucho más.
- Aceite de oliva. La cantidad va a depender del tamaño de las hojas que uses. Yo usé 3 cucharadas para estas hojas, que eran más bien grandes.
- Una pizca de sal, y pimienta al gusto.
- Levadura nutricional. Esta es opcional, pero queda MUY rico, así que si tienes un poco a la mano, vale la pena que la incluyas en la receta.
Instrucciones:
1. Lava muy bien la col. Sacude las hojas para quitar el exceso de agua y ponlas sobre una tela limpia para que se sequen completamente. Lo ideal es que hagas esto con buen tiempo de anticipación para que le des tiempo a las hojas de secarse completamente… la humedad es nuestra enemiga aquí, pues evita que los chips queden bien crocantes. Y lo que queremos es chips crocantes.
2. Cuando las hojas estén bien secas, corta el tallo. No lo tires a la basura, porque puedes licuarlo con agua y usarlo para regar tus plantas y darles un toquecito extra de nutrición, como lo recomienda Green Sandra.
3. Corta las hojas en trozos pequeños. Ten en cuenta que el horno va a hacer que se reduzca su tamaño considerablemente así que no los hagas DEMASIADO pequeños.
4. Pon las hojas en un recipiente y añade el aceite. Mezcla con las manos (es la manera más sencilla de asegurarte que queden bien, bien, bien impregnados).
5. Acomoda los pedacitos de hoja en una bandeja para horno. Lo ideal es que evites que queden unos encima de otros, pero no te preocupes que tampoco requieren demasiado espacio entre sí.
Espolvorea la sal, la pimienta y la levadura nutricional (si es que vas a usarla), de manera uniforme.
6. Hornea a 300ºF durante 10 minutos. Abre el horno y revisa qué tal están, si ves que están todavía muy blandos dales un par de minutos más. Si tu horno es “mañoso” es importante que estés atenta/o a la evolución de los chips, para que no se vayan a quemar.
7. Sácalos del horno y deja que se enfríen. En esta fase van a ponerse todavía más crocantes.
8. Ponlos en un plato, y trágatelos todos de un solo bocado.
Esta receta es como a mí me gusta: requiere pocos ingredientes, es facilísima de hacer y el resultado es delicioso. Además, me da una opción para comer más hojas sin que sea a través de la típica —y a veces aburrida— ensalada, y para disfrutar cosas ricas y crocantes que además son nutritivas. La col rizada, para que lo tengas en cuenta, es fuente de vitamina A, vitamina C, calcio, hierro y magnesio, y tiene un alto contenido de fibra. Puras cosas que quedan bien puestas al lado de una cerveza, al menos en mi experiencia ;-)
Si te gusta la receta, te preparé una imagen con todas las instrucciones, perfecta para tu tablero de recetas en Pinterest. La encuentras aquí.
¡Ay! ¡Gracias Mariana! Me molestan mucho los palabrejos en inglés. Parece que ir a trotar es muchísimo menos glamouroso que ser “runner”, y lo mismo con kale y col! ( y un largo etcétera) De hecho, tengo que reconocer que me acabo de enterar que kale es col, pues estaba convencida de que era una verdura que habían exportado de algún sitio muy lejano a Galicia :,,D Con lo de los superalimentos tampoco puedo, aquí ahora mismo todo el mundo consume chía como si le fuese la vida en ello. Y no digo que la chía no sea buena, pero la gente habla de ella como si descubrieran la pócima de la eterna juventud! ¡Ay! A veces pienso que me estoy convirtiendo en una abuelita cascarrabias a pasos agigantados…. y hoy tu artículo me ha dejado muy contenta! Viva la col y los que aún salen a la calle a correr! jajaajjaaj
Que tengas buen día!
P.D: Igual es producto de mi ignorancia, tendré que investigar sobre ello…. pero, ¿las temperaturas tan altas no son perjudiciales para los alimentos?
¡Hola Belu! Yo también me siento como viejita cascarrabias a veces jajajaja, sobre todo cuando veo “wheatgrass shots” y me pregunto si la gente los compraría si se llamaran “tragos de pasto de trigo”… ¿les gusta realmente el producto o lo que les gusta es el nombre? :-P
Con respecto a tu pregunta, hay mucha discusión en torno a lo crudo versus lo cocinado. Pero —al menos según lo que yo he podido encontrar— si bien algunos nutrientes se aprovechan mejor cuando los alimentos están crudos (o preparados a bajas temperaturas), hay otros que se aprovechan mucho mejor cuando los alimentos son cocinados (por ejemplo el licopeno). La col, específicamente, parece ser más suave para el sistema digestivo cuando está cocinada, según leí aquí. Pero ahí mismo afirman que para unas cosas va mejor cruda, y para otras cocida… así que la conclusión es: comer de las dos, y variar.
Aquí puedes encontrar un artículo en el que abordan el asunto de “crudos vs. cocidos”, en el que cierran con una frase que para mí es clave: hay cosas que cocinamos porque así saben mejor… y si saben mejor, es más posible que nos las comamos. Por ejemplo, a mí no me gusta comer col cruda (mezclada en un batido sí, pero también me cansa)… y hornearla hace que quede tan rica que me podría comer 3 coles sin pensarlo jajaja. Así que al final supongo que la aprovecho mejor así, porque la como con más ganas :-)
¡Un abrazo!
Mariana, es en serio que logras traer mi atención para leerte por esta receta sencilla que además ya conocía jijij incluso en la sencilla receta abres la discusión del uso del inglós como gancho de personas fáciles de impresionar por como suenan las cosas, y eso que no hablamos de cuando hay una referencia a un estudio en la “Vichuraquito University” de Inglaterra, cuando vas a ver fue una proyecto de grado, de un estudiante promedio con un grupo de 15 personas y la conclusión de que comer cada 22 min en lugar de 24 prolonga en 3.7 años la expectativa de vida!! También decirte que me encanta tu respuesta a la preguntas con referencias y además la solución de equilibrio que propones, nada de extremos :)
¡Hola Paola! Me alegra mucho que te den ganas de leer lo que comparto, y 100% de acuerdo con lo de la Vichuraquito University jajaja. Con respecto a eso, te recomiendo este video (en caso de que no lo hayas visto todavía). Me gusta mucho la manera en la que aborda el tema de los estudios científicos y la manera en la que los difunden los medios de comunicación (y John Oliver me parece genial). ¡Un abrazo!
Mariana, lo primero felicidades por tu blog, lo descubrí hace poco buscando una receta de jabón para hacer en casa y estoy enganchada! Esta receta la tengo que probar, pero solo quería decirte que por fin encuentro a alguien con los pies en la tierra: a mi también me molestan mucho los palabrejos en inglés (en España ahora todo el mundo habla de la “shop”, hacen “running”, etc. etc.) y también coincido contigo en el tema de los superalimentos… Total. Que aquí tienes una fan ;-)
Por cierto, tengo unas cuantas pastillas de champú “el conejo feliz” (aunque tuve que mezclar el aceite de coco con aceite de oliva porque no tenía bastante) madurando desde hace dos semanas… estoy deseando probarlo! Un abrazo
¡Muchas gracias Ana! Me alegra mucho que te hayas encontrado con mi blog, y que disfrutes lo que comparto aquí. Con lo de las palabras en inglés, como dicen las abuelas, si allá llueve acá no escampa. Todo está lleno de “SALE” “Back to school”, “trends”, “brunch” y otras mil cosas por el estilo. Como digo en la entrada, a mí el inglés (y los idiomas en general) me encanta, y tienen unas expresiones que me parecen geniales y graciosas y que me encantaría que existieran en español… pero no le veo sentido a usarlo para todo, y me da tristeza cuando se vuelve un simple ardid publicitario.
¡Qué bueno lo del champú! Espero que te resulte muy bien la receta. Yo he querido probar el mix con aceite de oliva, creo que lo haré pronto. ¡Un abrazo!
Justamente he comprado lo que aquí llaman col-kale o kale, que en realidad no es como la de tu foto sino más alargada, porque la tenían en mi cooperativa y una col rizada típica, redonda, siempre me resulta demasiada cantidad…. Yo a esta “kale” no la había visto antes hasta que nos llegó esta moda (y tampoco me gusta el nombre, mucho menos cuando lo pronuncian “keile”, jeje. Pero bueno, lo importante no es eso sino que tengo muchas ganas de probar los chips!!! Mira estas ideas que me tenía guardadas: https://www.facebook.com/buzzfeedtasty/videos/1672754069643902/
Por otra parte, sobre los “superalimentos”, te presento (si no lo conoces) a Julio Basulto. Como digo yo en una entrevista que le hice una vez, “amado por unos odiado por otros”. Pero para mí, en lo que respecta a alimentación, impecable. En este artículo habla un poco sobre el tema y creo que los últimos tres párrafos encierran lo más importante: http://blogs.20minutos.es/la-gulateca/2016/05/10/quinoa-chia-maca-mitos-y-realidades-sobre-los-superalimentos-de-moda/ No hay alimentos talismán, simplemente hay que comer sano y ya!
Un beso!
¡Qué buenas esas ideas! Se ven súper ricas, las guardo para probarlas la próxima vez que vaya a hacer col (o “keile” jajajaja) :-)
Muchas gracias por el artículo, muy interesante, y muy fuerte lo que dice al final: “el problema es que quien se cree que la quinua es súper saludable es probable que consuma todavía más bollería”. Ese ejemplo refleja los comportamientos que tenemos con muchas cosas, y que aplica también para la preocupación por la “vida sostenible”. Tipo “ya clasifico mis basuras, así que puedo ir al trabajo en carro todos los días”, o “ya compro verdura local, así que puedo comer carne al desayuno, al almuerzo y a la comida”. No se trata de “el que peca y reza, empata”, sino de buscar un equilibrio y procurar que haya coherencia (hasta donde sea posible) en esas acciones… desde la alimentación hasta todo lo demás.
¡Beso!
Hola Mariana, acabo de hacer esta receta y nos hemos quedado enamorados! Mil millones de gracias por proponerla
Un abrazo grande grande
¡Qué bueno que la hayas probado! ¡Son muy ricoooos!
Me volví adicta a los chips de col rizada! Gracias por compartir esta receta. Sin duda, la levadura nutricional le da el toque secreto :)
¡Qué bueno que te haya gustado! Ay, sí… la levadura le da el toque secreto a todo jajaja. La amo.