El 27 de febrero fue la última vez que sacamos nuestro “paquete” de basura. El que tenemos todavía aguanta unas cuantas semanas más, así que oficialmente hemos superado nuestro propio record, y hemos logrado pasar más de seis meses sin llenar nuestra basurera.
Todo esto empezó desde hace tiempo y fue el resultado de la suma entre la preocupación que sentimos R (mi chico) y yo frente a la cantidad de basura que generamos los humanos, la transición de una basurera con bolsa plástica a una forrada en papel periódico reutilizado (que nos llevó a pensar con mucho más detenimiento lo que vamos poniendo ahí) y todos los artículos que empezamos a leer sobre estilo de vida Residuo Cero.
Ha sido un proceso de aprendizaje, y cada vez nos lleva a encontrar más y más maneras de reducir la basura que generamos… se ha convertido en algo así como un desafío personal. En todo caso, no puedo negar que hemos tenido algunos momentos difíciles y frustrantes, que aunque no nos han hecho desistir, sí nos han obligado a re-evaluar algunas de las cosas que estamos haciendo para ir ajustando el camino.
Lo nuestro es un proceso, y evidentemente no hemos “terminado”. Queremos seguir reduciendo la basura que generamos al mínimo posible, y para eso seguimos explorando, probando, e inspirándonos en personas que ya han recorrido un camino muchísimo más largo que el que hemos recorrido nosotros.
Una de mis fuentes inagotables de inspiración y aprendizaje es el blog Zero Waste Home…
Así que cuando me enteré de que Bea (su creadora) estará en Medellín participando en el Foro de Ciudades Bajas en Carbono, inmediatamente le escribí un correo para invitarla a tomar café y pedirle que me concediera una entrevista. Ella (que es súper simpática), accedió, y todo estaba programado para que nos viéramos en octubre, aprovechando que yo también participaría en el foro como conferencista.
Peeeero los planes cambiaron: en octubre voy a estar en Berlín (¡eh eh eh!), participando de nuevo en el fellowship de The UnSchool, pero esta vez como co-anfitriona, así que no voy a estar en el foro, y mi encuentro cara a cara con Bea quedó aplazado hasta quién sabe cuándo. La buena noticia es que coordinamos un encuentro por Skype, así que pude hacerle la entrevista para compartirla contigo.
Antes de pasar a la entrevista, vale la pena dar un poco de contexto: Bea empezó su camino en este estilo de vida en 2006, y con su blog ha iniciado un movimiento global. Lo que antes se consideraba un concepto específico de contextos industriales y alcaldías municipales, se empezó a ver (cada vez por más personas) como un asunto que también se puede abordar desde la vida cotidiana y la “gestión” del hogar.
Bea publicó un libro en el que cuenta todo su proceso, y con frecuencia participa en conferencias y talleres, promoviendo este estilo de vida. Hay infinidad de entrevistas en internet, y casi todas se enfocan en preguntar por qué empezó y cómo lo hace… pero yo quise salirme un poco de ese molde y preguntar cosas que —creo— te van a resultar también muy útiles si, como yo, estás en el camino a una vida Residuo Cero.
En fin. No me extiendo más. Aquí va la entrevista:
(M) ¿Cuál sientes que ha sido el principal beneficio de tu cambio de estilo de vida?
(Bea) La respuesta es muy fácil: el principal beneficio ha sido simplemente tener una vida mejor, una vida que está basada en las experiencias y no en las pertenencias. Descubrimos la vida a través del ser y no del tener. Se me quedan cortas las palabras para explicar lo rica que es la vida de esta manera, ha sido una verdadera epifanía.
¿Sientes que ya tienes el asunto en equilibrio y bajo control? ¿O todavía hay aspectos de este estilo de vida que te resultan desafiantes y que te ponen en conflicto?
Yo ya no siento que tenga que hacer ningún esfuerzo. Eso pasaba cuando empezamos… nos tomó dos años aproximadamente encontrar nuestro punto de equilibrio, creo que fue en 2010 cuando lo encontramos. En 2006 fue cuando decidimos empezar a simplificar nuestras vidas, en 2008 decidimos abordar el asunto de nuestros residuos, pero no había ninguna guía sobre cómo vivir una vida “Zero Waste”, así que tuve que probar un montón de cosas diferentes.
Siento que pasé por varios extremos: en un punto estaba haciendo mi propia mantequilla, mi propia leche de soya, mi propio queso… estaba haciendo DEMASIADAS cosas, y no sentía que fueran cosas que quería seguir haciendo por el resto de mi vida. Entonces dejé esos extremos. Pienso que el desafío más grande fue encontrar ese balance, y el balance ha consistido en encontrar y adoptar cosas que sabemos que podemos seguir haciendo.
Entonces, por ejemplo, en lugar de hacer mi propio pan me di cuenta de que puedo llevar una bolsa de tela a la panadería. Depende de cada uno encontrar un sistema que le funcione, basado en sus restricciones personales, su dieta, el lugar en el que vive… esto significa que el proceso va a ser diferente para cada persona.
Dices que uno de los desafíos más grandes fue encontrar el equilibrio. ¿Piensas que esto también fue un desafío emocional?
Sí, porque me sentía muy frustrada cuando no encontraba una solución. Por ejemplo, probé muchas alternativas de detergentes “Residuo Cero” y estaba lista para darme por vencida porque nada funcionaba. Después me di cuenta de que en cada lugar hay tipos diferentes de agua (más dura o más blanda), y muchos tipos diferentes de máquinas de lavar, así que algo que funciona en un lugar puede ser que no funcione en otro.
Eventualmente encontré una receta que funcionó para mí (esa la comparto en el libro), y luego encontré un detergente a granel que funcionó perfecto, así que no hay necesidad de que yo misma lo haga.
He notado que lo que pasa cuando mucha gente empieza (y lo veo con muchos nuevos blogueros o personas que se interesan en este tipo de vida) es que ellos hacen todo lo que hicimos nosotros al principio, tratando de hacer DEMASIADAS cosas… y si te pasas tanto tiempo preparando cosas en casa, ¡pues terminas quedándote sin tiempo para disfrutar la vida!
Ahora, de hecho, hago muy pocas cosas; en este momento sólo preparo mis propios cosméticos. He aprendido a sacar el máximo provecho de las cosas que encuentro disponibles, y hay muchos otros productos que dejé de usar y que me di cuenta de que sencillamente no los necesitaba.
Te entiendo perfectamente porque me ha pasado un poco lo mismo, pero… ¿piensas que ese proceso igual fue importante para aprender y descubrir cosas?
Para mí fue muy importante, porque todo eso fue material para el libro y me permite decir “he probado esto”, “esto no funciona, entonces elegí esto”, para que otras personas no tengan que pasar dos años tratando de encontrar soluciones como lo hice yo.
Lo normal es que estés probando una cosa, y luego otra, y comprando aquí y allá, y buscando lugares en los que vendan cosas a granel, y puede ser demasiado agotador. Y, por ejemplo, no le veo sentido a preparar un limpiador para vidrios si el vinagre blanco ya es suficiente. No le veo sentido a preparar una crema humectante cuando puedes usar aceite. Es muy sencillo: creo que la simplicidad es la clave de nuestro estilo de vida.
Aparte del asunto del equilibrio, ¿sientes que tuviste algún otro desafío emocional en el proceso?
No, para nosotros el cambio de estilo de vida ha sido todo positivo. Al principio era difícil porque no teníamos guía y tuvimos que probar muchas cosas, pero no hemos tenido problemas de apego a los objetos, porque cuantas más cosas suelto más libre me siento, y más tiempo tengo para hacer las cosas que quiero hacer.
Aunque para mi esposo sí fue difícil desapegarse de algunos objetos… por ejemplo, me decía “cuál es el punto de deshacerme de estos palos de golf si no están ocupando casi nada de espacio”… y aunque no los usaba nunca, le costaba trabajo pensar en deshacerse de ellos. Pero le hice ver que al “dejarlos ir” iba a permitir que estuvieran disponibles para que otra persona los usara, y a la vez iba a tener una cosa menos que que mover y limpiar, así que poco a poco iba a ganar en espacio y tiempo para la vida.
¿Cuál piensas que es el principal obstáculo, lo que hace que este estilo de vida todavía no sea “la norma”?
Los mitos que hay en torno al Residuo Cero. La sola expresión “Residuo cero” asusta a la gente, porque piensan que es un estilo de vida súper extremo. De hecho antes sólo se usaba para describir prácticas de manufactura o de gestión de residuos en el ámbito municipal, no era algo que se hiciera en casa.
Muchas personas todavía están “atascadas” con el concepto, piensan que es extremo, que va a ser muy complicado, que va a requerir mucho tiempo y va a ser muy caro.
Mi trabajo ahora es romper estos mitos, esa es mi vocación.
Yo pienso que esos mitos tienen mucho que ver con la mentalidad de “todo o nada”, también me pasa que mucha gente me cuestiona por no hacer “todo”, como si eso significara que entonces no vale la pena siquiera tratar de hacer algo… lo cual me parece un sinsentido. ¿Qué piensas tú?
Claro, cualquier cambio que hacemos en casa tiene un impacto grande. Puede que lo que me ha funcionado a mí no funcione para otras personas, así que depende de cada quien ir tomando el proceso paso a paso, para identificar qué funciona y qué no, hacerlo sin prisa pero sin pausa, y recordando que cualquier cambio puede tener un gran impacto.
Cuando empecé, mi esposo me dijo que lo que hacíamos en casa no hacía ninguna diferencia, pero creo que le he demostrado que estaba equivocado jajaja. Lo que hemos hecho ha generado un movimiento global, y ahora es tan visible que hay empresas grandes como Ikea o Nestlé que me contactan porque quieren mi retroalimentación, porque este movimiento los asusta y obviamente quieren adaptarse a ese cambio.
La gente nos criticaba muchísimo: algunas personas decían que estábamos haciendo demasiadas cosas, otras decían que no estábamos haciendo lo suficiente, y al final lo que nosotros sentimos es que si estamos en el medio, entre “no hacer suficiente” y “hacer demasiado” pues significa que hay algo que sí estamos haciendo bien.
Dices que tu principal objetivo es vencer los mitos que existen en torno al residuo cero. ¿Cuál piensas que es el mito más problemático?
Pensar que se necesita mucho tiempo. El tiempo y el dinero son los mitos más comunes, pero creo que es mucha la gente que dice “no tengo tiempo para esto”.
Lo que les puedo decir es que la simplicidad voluntaria no existe para complicar tu vida, existe para SIMPLIFICAR tu vida. Todo lo que dejas de comprar o de guardar en casa, son cosas que no van a necesitar que las repares, o que las deseches, o que las reemplaces con cosas nuevas.
Este es una parte enorme del zero waste, las 5 R (Rechazar, Reducir, Reutilizar, Reciclar y Reincorporar) que deben seguirse en orden. Si reciclas un montón pero no reduces nada de lo que consumes, pues lo estás haciendo al revés, porque cuantas más cosas compras, más cosas tienes que reciclar.
Sé que muchas personas que están interesadas en este estilo de vida se sienten inseguras por pensar que van a generar conflicto con sus padres, sus hijos o sus parejas. ¿Tienes alguna recomendación para las personas que están nerviosas sobre la reacción y el apoyo de las personas que los rodean?
¡Claro! Por ejemplo cuando empezamos, estábamos en recesión, y mi esposo veía que yo iba a comprar cosas a la tienda de comida saludable, o que tenía que comprar algunos frascos de vidrio cuando estábamos empezando, y se preocupaba porque sentía que todo esto implicaba gastos adicionales; me decía “no podemos permitírnoslo, nos va a salir muy caro”.
No estaba en contra del zero waste, pero estaba preocupado por nuestras finanzas, así que le dije que comparara nuestros extractos bancarios (pre y post-zero waste) y ahí se dio cuenta de que estábamos ahorrándonos más o menos un 40% con respecto a lo que gastábamos antes. Cuando vio eso me dijo “Amén Bea” jajaja. Y desde ese momento empezó a apoyar 100% todos los cambios.
Creo que cada persona puede encontrar cuál es el punto que le va a resultar más atractivo a sus familias. No hay una sola solución o una sola regla que funcione para todos. En el caso de mi esposo fue hacer que comparara extractos bancarios, él es un hombre de números así que para él eso fue importante.
Para mis hijos la motivación fue distinta. Empezamos cuando ellos estaban chicos, y en algún momento fuimos a sus habitaciones y les pedimos que eligieran sus juguetes favoritos, porque íbamos a regalar todo lo demás: los juguetes con los que no jugaban, que sólo añadían ruido a la habitación.
Ellos se dieron cuenta de que cuantos menos objetos tenían, más tiempo podían disfrutar jugando con sus juguetes favoritos, porque no necesitaban pasar tanto tiempo organizando sus habitaciones, que ya no estaban llenas de cosas que no usaban. Cuando redujeron la cantidad de juguetes ya no tuvimos que volver a presionarlos para que ordenaran su habitación, y tuvieron más tiempo para hacer las cosas que realmente querían hacer, incluyendo jugar con sus juguetes favoritos.
Así que sería encontrar la motivación específica para cada persona…
Claro, y también es importante que haya claridad. Si yo a mis hijos les hubiera dicho “elijan unos juguetes y nos vamos a deshacer de los otros” sin explicarles por qué, y sin explicarles cuál era el beneficio que obtenían, pues seguramente no les hubiera gustado.
Pero cuando lo hicieron les explicamos: “ya no tienen tanto desorden, ya no tienen que pasar tanto tiempo ordenando la habitación, y ahora tienen más tiempo para jugar”.
A ellos no les importa la cantidad de basura que generamos, no andan por ahí presumiendo con nuestro frasco de basura. Lo que les interesa es el tipo de vida que tienen, lo que saben que los hace diferentes son las cosas que hemos hecho como familia. A sus cortas edades han hecho cosas que la mayoría de adultos nunca han hecho: mi hijo de 15 años es un buzo certificado, para su cumpleaños hizo paracaidismo, el más chico para su cumpleaños hizo bungee jumping, hicimos un viaje en bicicleta de San Francisco a Los Ángeles, fuimos a escalar en hielo…
No hubiéramos podido hacer nada de eso si no fuera por el estilo de vida zero waste. Porque dejamos de invertir nuestro dinero en cosas que tiramos a la basura, y ahora la invertimos en experiencias.
Cada vez que compras algo empacado o compras un producto desechable, estás tirando un pedazo de tus sueños a la basura, porque compras algo que está diseñado para ser desechado, así que literalmente estás invirtiendo tu dinero en el basurero. Y cuando reemplazas esas cosas con alternativas que puedes reutilizar y reutilizar, pues dejas de tirar tu dinero, y por lo tanto puedes usarlo para hacer cosas más significativas para ti.
Por último, una pregunta sobre tus recomendaciones, con tres partes. La primera: ¿Qué le dirías a alguien que no está interesado en su huella de basura?
Yo no estoy aquí para decirle a nadie cómo vivir su vida. No me gusta señalar a alguien y decirle “estás haciendo esto mal o esto otro mal”. Si alguien no está interesado pues definitivamente no hay nada que yo pueda hacer. No puedo forzar a nadie a que sea zero waste, y cada persona se interesa por este estilo de vida por motivos diferentes.
Lo que podría decirle a esa persona es que, para mí, el zero waste no es nada de lo que esperaba que fuera. No toma más tiempo, lo aprovecha mejor. No toma más dinero, lo usa mejor. Eso sería todo.
La segunda parte: ¿Qué le sugerirías a alguien que está interesado en el tema pero apenas está empezando el proceso?
Mi recomendación sería que siga la regla de las 5 R, en orden. Para quienes están empezando es tan simple como seguir la primera regla: Rechazar.
Rechazar las cosas que no necesitas. Pensarlo dos veces antes de recibir cualquier cosa. Hoy, en esta sociedad de consumo, somos el blanco de miles de objetos promocionales, y cada vez que los aceptamos estamos generando una demanda para que se fabriquen más y más. Por ejemplo, si agarro los correos promocionales —aunque los ponga en el reciclaje— estoy diciéndole a quienes me lo envían “me interesa, síguelos enviando”. Y me enviarán más.
Si acepto una bolsa de plástico, estoy generando una demanda para que alguien saque más petróleo de la tierra para fabricar un reemplazo para esa bolsa. Lo mismo con el lapicero gratis de plástico o la muestra gratis de la tienda. Cuando decimos “NO”, no sólo evitamos que llegue más desorden a nuestra casa, también evitamos generar basura, y además estamos parando la demanda de estos productos.
Así que la recomendación es aprender a decir NO. Pensarlo dos veces antes de aceptar cualquier cosa.
Y la tercera: ¿qué le recomendarías a alguien que ya empezó el proceso, pero se siente frustrado y no sabe si vale la pena?
Le diría que de un paso atrás y se tome un momento, y que en lugar de enfocarse en las cosas que no está logrando se dé un par de palmadas en la espalda por las cosas que sí está haciendo, porque sin importar lo pequeño que sea lo que ha hecho, ya ha generado un impacto.
Esto no es una carrera, tómate tu tiempo. Si sientes que estás frustrada/o tómate un descanso en el punto en el que estás, y más adelante empieza a añadir más cosas.
Pd. Si quieres saber con detalle lo que R y yo hemos hecho para reducir nuestra cuota de basura, te recomiendo esta publicación.
Todas las fotos por por Coleman-Rayner | Cortesía de Zero Waste Home
Maravillosa la entrevista!
Si que animan para seguir en el camino del zero waste
felicidades!!
¡Gracias Aurorita! Me alegra mucho que te haya resultado inspiradora la entrevista :-)
Woah! Las dos me generan tanta emoción, tu y Bea. Yo he pasado por la etapa de empezar, y frustrarme y no entender como hacerlo (ya variada vez). Esta entrevista ha sido genial. Te deja con una sensación de calma. De: hacelo despacio. GRACIAS MARIANA! indagaré todo tu blog, y el de Bea, antes de volverme a tirar al ruedo para evitar irme otra vez!! Besos y abrazos !
¡Gracias Daniela! Me alegra muchísimo que te haya gustado la entrevista, y que te haya resultado inspiradora. Yo sé que a mí me dejó con ganas de seguir, con más convicción, y con ganas de dar un paso más allá y simplificar otro montón de cosas en mi vida. ¡Un abrazo!
Me ha encantado la entrevista!!! Es la otra cara, la cara de la calma del zero waste…
Enhorabuena a las dos!!
¡Gracias Natalia! Creo que lo de la calma es importante, y tiene todo que ver con el asunto del equilibrio. Qué palabra más bonita es esa, ¿no?
Si Mariana. Pero en una vida tan frenética como la que vivimos en las ciudades, plantearse reducir los residuos es ardua tarea. Muchas veces dan ganas de tirar la toalla y seguir la corriente del consumismo…
Habéis demostrado con la entrevista, que todo tiene que ser mas fácil, sino nunca vas a poder llegar al ZeroWaste!!!
Muy importante el equilibrio!!!..
Bs.
Mariana, me encantó tu entrevista, creo que hiciste preguntas buenísimas y que ayudaste a mostrar el lado más accesible del movimiento. A mí me encantó siempre el blog de Béa y las charlas que vi en videos, pero siento a veces que puede parecre un poco rígida, esta entrevista demuestra que es lo contrario.
¡No me caben las palabras para felicitarte! Realmente excelente.
¡Muchas gracias Agus! Qué bueno que te haya gustado, y me alegra mucho saber que la entrevista sirve para ver un lado más accesible de este estilo de vida. De eso se trata :-)
¡Un abrazo!
¡Gracias Mariana!
Por presentarme a Bea y seguir inspirándome. Voy muy poco a poco en este camino, pero sé que es por donde quiero ir.
Sua
¡Gracias a ti, Sua, por pasar por aquí a leer! Somos cada vez más por este camino, y creo que estamos todos en buena compañía :-)
¡Un abrazo!
¡Hola Mariana!
Como se nota que Bea lleva desde el 2006, que respuestas tan sencillas, lógicas y sabias. Creo haber leído en algún lado que decías que la entrada era larga, ¿larga? Pues que sepas que yo me he quedado con ganas de más.
Para serte sincero aunque siempre ha sido un gran referente nunca me había llegado a caer del todo bien, en las entrevistas y vídeos que había visto siempre me había parecido algo seria y perfeccionista, y además hasta un poco marimandona por involucrar a su familia en el proyecto (me asusta comprobar esta facilidad mía para prejuzgar). En esta entrevista me ha parecido mucho más humana y cercana. Muchas gracias. Me ha encantado. Eso si, sigo con ganas de más ;)
¿Cierto? Lo mismo pensé yo… cómo se nota la experiencia en la claridad de sus respuestas :-)
Varias personas me han dicho lo mismo de Bea, y yo la verdad no lo había pensado. Puede que sí se perciba medio fría, pero seguramente porque es muy seria en su trabajo, y porque tenemos la idea metida en la cabeza de que —sobre todo las mujeres— debemos ser “dulces” y “cálidas”. Siempre con estas cosas me pregunto… ¿si fuera un hombre lo cuestionarían por lo mismo? ¿O sencillamente lo percibirían como una persona que es seria en su trabajo? En fin, que la facilidad para prejuzgar no la tienes tú solo, creo que es nuestro mal como sociedad :-P
Yo también me quedé con ganas de más… hubiera querido seguir conversando con ella horas y horas jajaja. Y cuando transcribí la entrevista me dije “uy, más de 3.000 palabras, qué dirían los ‘expertos’ en blogging” (que todo el rato dicen que la gente no lee, y que hay que escribir menos de 700 palabras… pero yo nunca me fijo en eso y termino escribiendo más del doble de lo “recomendable” jajaja).
Lo que puedo decir es que la entrevista me dejó con muchas más ganas de seguir por ese camino, me pareció mucho más potente oírlo directamente que leerlo en el blog, sobre todo por lo que dices: la sensación de claridad. Qué ganas de estar en ese punto de equilibrio con el tema de los residuos :-)
¡Un abrazo!
Mariana, me uno al resto de felicitaciones. Es una entrevista muy buena, con preguntas muy interesantes y que se salen de las cosas que ya sabíamos de bea johnson. Me gusta mucho saber que aunque no lleguemos a la perfección de ella cualquier esfuerzo cuenta. Yo voy muy lenta y me frustro muchas veces pero leer palabras de ánimo como las de bea me vienen muy bien. Un abrazo,
caru
¡Muchas gracias, Caru! Qué bueno que te haya gustado, ¡un abrazo!
Hola Mariana,
muchas gracias por la entrevista, me parece muy interesante. Sin embargo, tengo algunas dudas, ya que a la hora de procurar ser más sostenible, no tenemos que fijarnos simplemente en nuestros residuos, sino también en el origen y el ciclo de vida de los productos.
Por ejemplo, en el tema de la bolsa de tela en lugar de la bolsa de plástico, es conflictivo. Una bolsa de algodón requiere de muchísima agua para producirse, además de todos los problemas asociados con los cultivos de algodón y la industria textil. En ese sentido, está demostrado que las bolsas de plástico son más beneficiosas para el medio ambiente, siempre y cuando se depositen correctamente para su reciclaje.
Esto realizando un curso sobre sostenibilidad ahora mismo y una de las cosas que nos comentaron es que para que el impacto medioambiental de una bolsa de algodón sea equivalente a la de una bolsa de plástico, habría que usar la bolsa de algodón unas 100 veces. Es decir, que si utilizamos la bolsa de plástico 4 veces, tendríamos que utilizar la de algodón 400 veces!! Eso me impacto bastante, porque me parece muy fácil reutilizar una bolsa de plástico 4 o 10 veces; pero no sé si una bolsa de algodón puede aguantar 400 o 1000 usos…
Claro, supongo que en el caso de bolsa de algodón orgánico la cosa cambiaría. O si por ejemplo, nos hacemos la bolsa nosotras mismas con un retal de tela de una prenda vieja o algo que nos haya sobrado de alguna costura.
Por otra parte, también veo difícil conseguir reducir tu basura por ejemplo en el caso de compra de medicamentos. Si necesitamos tomar algún medicamento, sólo podemos comprarlo en las farmacias, con su correspondiente cajita de cartón y demás que luego, yo sinceramente no encuentro un uso que darle una vez terminado el medicamento.
Otra cosa que me preocupa son los viajes. Por mi trabajo he tenido que viajar varias veces, del último viaje acabo justo de llegar. 3 vuelos para ir y 3 para volver, una semana en un hotel. En esas situaciones, ¿cómo podemos reducir los residuos y nuestro impacto? Porque, por mucha comida que me lleve en el avión, son 2 días para ir y 2 para volver (si es un viaje intercontinental, como fue el caso) y luego al estar en un hotel no puedo cocinar ni controlar nada y a la vuelta tengo que comer la comida del avión sí o sí. Además, en ambos casos tengo que beber agua que me ofrezcan con un vaso desechable… No sé, el tema de los viajes me preocupa y no sé cómo gestionarlo. Hasta ahora lo único que hago es evitar que me limpien la habitación del hotel cada día.
Por último, el tema inicial que intenté reflejar en el asunto de las bolsas. Muchas veces no conocemos el ciclo de vida de los productos, y no podemos saber cuales son más o menos sostenibles, independientemente de nuestros residuos. ¿Se te ocurre cómo podemos solucionar esto?
Muchas gracias de nuevo,
poco a poco voy aprendiendo cosillas nuevas que me acercan un poco más a vivir de una manera más acorde a mis principios. Aunque sinceramente, en la sociedad en la que estoy, me parece que va a ser imposible llegar a un punto en el que me sienta cómoda y lo maneje bien, porque cualquier cosa es una lucha.
Saludos,
Melania
¡Hola Melania! Siempre me parecen muy interesantes las dudas que planteas :-)
Está claro que la reducción de los residuos no es lo único a tener en cuenta, y que el ciclo de vida y el origen de los productos que consumimos también tienen un rol esencial. El asunto es que si estás enfocada en reducir al máximo tus residuos eso requiere una reducción radical de tu consumo, así que sea como sea tu impacto se reduce también. Si esto viene acompañado de un consumo más responsable, pues muchísimo mejor. Pero en todo caso me atrevo a afirmar que sigue siendo preferible alguien que consume menos, aunque sean productos menos “sostenibles”, que alguien que consume constantemente, aunque se trate de productos “ecológicos” (que en todo caso hay que ver realmente cuándo son “ecológicos” y cuando son producto del greenwashing). La huella ambiental no se reduce sólo con cambiarnos a marcas más “sostenibles”, esto tiene que venir acompañado de un cuestionamiento profundo y de un cambio en nuestros patrones de consumo. Así que el tema de los residuos no es para nada secundario.
Con respecto a las bolsas, las de algodón reutilizables consumen muchos recursos, sí, pero los aprovechan mejor. Pasa lo mismo con prácticamente todas las cosas reutilizables… un vaso de vidrio consume más recursos en su fabricación, pero es evidente que es preferible ese a uno desechable, aunque el de vidrio se te puede quebrar en algún momento. Me quedan muchísimas dudas con respecto a lo que te dijeron en el curso de sostenibilidad… ¿las bolsas de plástico más beneficiosas para el medio ambiente? Me suena a información amañada… los estudios que se han hecho de análisis de ciclo de vida (y el sentido común) apuntan a otra cosa. Puedes ver un artículo muy completo que publicaron en TreeHugger en este enlace. De entrada, decir que una bolsa desechable es “más beneficiosa para el medio ambiente” me suena a propaganda disimulada de una productora de plásticos.
Por otro lado, las bolsas de plástico serán reciclables… pero ¿y el impacto del proceso de reciclaje? Ese proceso requiere agua, energía, y reduce el plástico a un producto de menor calidad, que eventualmente ya no podrá ser reciclado de nuevo. Así que sinceramente me parece que es información que se compartió de manera muy sesgada. Por otro lado, tengo bolsas de algodón que estoy segura de que van por encima de los 400 usos, y todavía aguantan más. Es que no es sólo el material, sino el uso: si yo me compro una bolsa de algodón cada mes, pues es evidente voy a generar más impacto.
La compra de medicamentos es un caso puntual, y es algo que no se hace todos los días. Una cosa es hablar de comprar toda tu comida en empaques cuando hay oferta de sobra de cosas a granel, y otra es hablar de medicamentos que alguien necesite de verdad. Es una cuestión de alternativas: si las hay, ¿por qué no las usamos? Si no las hay, pues no es mucho lo que podemos hacer, y no tiene sentido enfocarse en “si no puedo reducir los residuos en la compra de medicamentos entonces no vale la pena que me esfuerce por reducirlos en otros aspectos de mi vida”. Es precisamente caer en la trampa del “todo o nada”.
Con respecto a los viajes, pues va un poco de lo mismo. Yo creo que no vale la pena enredarse pensando en los detalles de situaciones puntuales que están fuera de nuestro control, cuando podemos enfocarnos en resolver las cosas que sí podemos controlar. Cuando esas están bajo control, pues podemos pasar a ver cómo resolvemos las que antes nos parecía que no dependían de nosotros. Llevar tu propia comida en el avión es un paso, y por ejemplo para el viaje de vuelta te puedes comprar algo de comer y empacarlo en tus propios recipientes (eso he hecho yo, por ejemplo).
Volviendo a las bolsas, creo que nada de lo que consumimos es “independiente” de nuestros residuos. Como te decía al principio, si te preocupas por reducir los residuos sí o sí reduces el impacto, al menos en algunos aspectos. Si tengo que elegir entre una bolsa reutilizable “normal”, y una de algodón orgánico y de comercio justo, pues elijo la segunda. Pero si tengo que elegir entre la reutilizable “normal” (que no sé quién la hizo ni si el algodón es orgánico) y una de plástico, pues no me voy a quedar con la de plástico sólo porque no puedo tener la orgánica de comercio justo. Es evidente (al menos para mí) que me quedo con la reutilizable.
Los problemas ambientales y sociales asociados a nuestros patrones de consumo son muy complejos, y los problemas complejos no tienen respuestas fáciles. Esa es precisamente parte del desafío (y de la gracia), que te tienes que preguntar cosas y analizar diferentes alternativas, para identificar en qué caso funciona mejor X o Y. Pero hay cosas que creo que son indiscutibles: que consumir de manera responsable es necesario, que reducir los residuos que generamos es una necesidad urgente, y que reemplazar las cosas desechables con alternativas reutilizables es una de las maneras en las que se pueden abordar las dos cosas al mismo tiempo.
¡Saludos!
Hola Mariana, muchas gracias por tomarte parte de tu valioso tiempo para contestar a las inquietudes de tus lectores. Ya que con esta explicación por ejemplo ayudas a aclarar las ideas de muchas personas con las mismas dudas. Me encantó la entrevista, hiciste un excelente trabajo! Coincido con muchos acerca de Bea, escuchar sus charlas en otro idioma la hace sentirla un poco fria y distante, pero traducida a nuestro rico y cálido español suena como lo que es, una mujer demasiado generosa, inteligente, pertinente, amable, y muy sabia, exactamente igual que tú.
Y referente al tema de Melania, es muy cierto lo que comentas acerca de información amañada de ciertas compañias, si existe y me gusta que lo menciones y lo nombres con todas sus letras y sin miedo. La verdad es que hay muchas compañías con prácticas deshonestas metiendo las narices hasta en donde uno a veces no se imagina con tal de engañar o confundir al consumidor que está preocupado por hacer un impacto positivo en su vida y en la del planeta. Sé de muchos que se hacen pasar hasta por activistas a favor de tal o cual cosa. Y todos sabemos de los más descarados que anuncian las “bondades” de sus sucios productos con comerciales y anuncios de lo más engañosos. Así que de verdad es necesario tener mucho cuidado con lo que vemos, leemos o se nos “enseña”. Hay que analizar e investigar todo a fondo, para al final tomar la mejor desicion. Recuerdo un clip que vi por ahi hace dias, en forma de spot pero aparentemente sin ninguna marca ni patrocinador aparente, que inmediatamente detecté como publicidad encubierta de una gran compañía de refrescos y lacteos muy conocida a nivel mundial y que todo mundo sabe es la responsable de la crisis de obesidad.
En el clip sin palabras ni personas, aparecian diferentes “alimentos” en donde solo aparecía la cantidad de azúcar que cada uno contenía mostrada en cubos al lado de cada uno. Ya te has de imaginar donde está el truco cuando en primer lugar aparecen gaseosas, jugos y leche envasados al lado de frutas frescas, todos en el mismo rango de “a-li-men-tos”, ¿a quien se le ocurriría jamás llamar “alimento” a una lata de soda/gaseosa?, y en donde al final de la presentación, te das cuenta de que un plátano/banana sale teniendo más cantidad de azúcar que un vasito de jugo “natural” de los que vienen en cajas de cartón, o incluso que una naranja completa tiene más azúcar que un vasito de leche “fresca” de caja de cartón. Imagínate el mensaje tan terrible que se atreven a darle al consumidor inexperto!!
Hay miles de ejemplos de este tipo de prácticas, y por eso es necesario mantenerse alerta e informado. A muchos les ha tocado ver campañas a favor de. Por ejemplo, la marca Pantene de shampoos y su campaña a favor de la conservación del tigre o cierto animal. Su campaña te hace creer que es una empresa responsable y preocupada por el medio ambiente, la naturaleza, los animales, y que además comprando sus productos, tu también estás “apoyando”, pero nunca te van a decir que en realidad sus productos están acabando con la selva y el hábitat de miles de orangutanes en Sumatra. Que el aceite de palma que se necesita para sus productos es obtenido en practicas ilegales de deforestacion y plantacion de palmeras de aceite. Y tampoco te van a decir que con eso ellos patrocinan la muerte de cientos de esos animales, que sus máquinas pasan sobre ellos sin ninguna piedad o cuidado, que los incendios que provocan dejan quemados, mutilados y muertos a cientos de orangutanes, y huerfanas a muchas crias. Ellos no te van a decir eso, ellos solo quieren que les compres sus productos, solo quieren que les des tu dinero, al precio que sea. Punto. Asi son no solo de deshonestas sino de viles y perversas.
¡Hola Yeni!
Los ejemplos que pones son tristemente reales, y se pueden encontrar en todos lados. Lamentablemente el greenwashing se ha convertido en una estrategia de mercadeo (de manipulación, más bien) bastante común. Aprender a “navegar” toda esa información puede ser muy desafiante, porque en algunos casos es muy difícil conocer las prácticas de algunas compañías (en especial de las que no son tan grandes, y aparentan ser más “inofensivas”). En fin, creo que es importante tratar de ser un consumidor tan responsable como sea posible, e informarse poco a poco del origen de cada uno de los productos que consumimos.
Muchas gracias por tu comentario, ¡saludos!
Me encantó la entrevista… Yo iniciando mi aventura de reducir la cantidad de desechos.
Saludos desde México
¡Qué bueno! Me gusta mucho la palabra que usaste, efectivamente es una aventura :-)
¡Saludos!
Hola Mariana! Muy buena y estimulante entrevista, muchas gracias por compartir! Debemos seguir adelante, cada día un poquito más. Me tomé el atrevimiento de compartirlo en las redes porque realmente es inspiradora, saludos!! Vale
¡Hola Valeria! Me alegra mucho que te haya gustado, ¡y comparte todo lo que quieras, que para eso es! La idea es que llegue a mucha gente, cuanta más, mejor :-)
¡Saludos!
¡Me encantó leer esa entrevista!
Francamente esto es una revelación para mí, varias veces he pensado en reducir la basura que genero, y de cuando en cuando evito comprar cosas que vienen empaquetadas o digo en la tienda que no necesito bolsa, y me hecho las cosas a la maleta, ¡Pero esto es otro nivel!
No me imaginaba que se podría lograr generar tan poquita basura en un año entero (estaba seguro de que tendría que vivir en la selva para lograr algo parecido), y mucho menos me había puesto a pensar en los beneficios tan maravillosos que le traería a mi vida esa cultura de reducir mis desperdicios.
El día de hoy, Mariana, empieza una nueva etapa de mi vida.
¡Mil gracias por esta revelación!!!
¡Hola Diego! ¡No sé por qué no había visto tu comentario! Recién ahora revisando esta entrada me lo encontré…
Me alegra mucho que te haya parecido interesante la entrevista, y espero que haya marcado un punto de giro, y que te hayas motivado a reducir aun más tu huella de basura. Muchas gracias a ti por pasar por aquí a leer (¡y por querer ser parte del cambio!)
¡Un abrazo!
Wow! pedazo de entrevista! Enhorabuena por plasmar con palabras tan valiosísimas enseñanzas. Gracias por esta calidad y por ayudarnos a intentar ser mejores personas. Comparto la entrevista, me ha encantado. Un saludo!
¡Gracias Bea! Qué bueno que te haya gustado. Muchas gracias a ti por pasar por aquí a leer, y ¡claro! comparte todo lo que quieras, que la idea es que el proceso de Bea inspire a mucha gente :-) ¡Saludos!
Mariana! Qué lujo. Muchas gracias por compartir la entrevista. Yo también sigo a Bea desde hace tiempo y me inspira un montón a cambiar poquito a poco.
Un abrazo y enhorabuena por lo de Berlín!
¡Gracias, Itzi! Me alegra que te haya gustado la entrevista. Otro abrazo grande para ti :-)
Me ha encantado este artículo, inspirador y motivador, de verdad un aplauso para todos aquellos que logran alcanzar un objetivo como este, podre lograrlo con el tiempo? ….. yo creo que si..
ya estoy dando mis primeros pasos….., por otra parte es la primera vez que entro a tu Blog y lo encuentro genial y sobretodo genuino.
He creado una marca de accesorios sostenibles y de fair trade y blogs como el tuyo nos motivan a seguir adelante.
Gracias nuevamente
¡Gracias, Gianni! Me alegra saber que encuentras inspiración y motivación en lo que comparto, y sobre todo que estés animado a dar esos primeros pasos para generar cambio. ¡Saludos!
Mariana como siempre, tus notas producen en mí un despertar. Te abrazo desde Argentina.
¡Gracias, Iara! Qué bonito leer eso. Un abrazo para ti también :-)
¡Me encanta! Debo decir que varias veces me he sentido frustrada, pero realmente lo que he avanzado ha sido muchísimo y haberme encontardo con tu blog esta semana ha sido lo más. Vi la entrevista que te hizo Laura Ribas, luego vi before the flood y ahora no he parado de leer tu blog. Me ha llenado de energía, de amor, de inspiración. Muchas gracias :)
¡Hola, Estefa! Qué bonito leer esas cosas que me dices. Me alegra muchísimo saber que mi blog te resulta inspirador, y espero que sigas disfrutando al leer las cosas que comparto. ¡Un abrazo! :-)
Hola Mariana, que placer encontrar tu blog. Estoy estudiando en italia Economia del turismo y tengo una materia que es Economia Ambiental, que me tiene muy atrapada, y me llena de cuestionamientos y preguntas.
Yo que hace tres años dejé mi trabajo y vendi mis cosas para irme de mochilera, justamente motivada por el hecho de darme cuenta que no quería sentirme atada a un lugar por mis pertenencias materiales… bueno, pasa el tiempo, sigo leyendo cosas y me voy educando más en el tema, y es dificil no caer en la angustia de pensar que eso que creiamos tan importante es muy pequeño! Como ejercicio de la materia, el profesor nos hizo calcular nuestra impronta ecologica, y la mia resultó ser algo asi como 500% superior a la media mundial por los 15 vuelos que tomé sólo este año! Me quedé helada! Así que no alcanza con viajar a dedo, con comprar mi ropa en ferias o intercambiarla con otros viajeros en el camino.
Igualmente, encuentro muy reconfortante encontrar este blog, esta comunidad de gente que sospecho piensa como yo, y me puede enseñar mucho más.
El titulo Zero waste me parece que es tal vez lo que genere tanta ansiedad y conflicto porque planteado así, es físicamente imposible: los seres humanos por el simple hecho de interactuar con el ecosistema generamos “polución”. Pensar que nuestra actividad diaria no tenga consecuencias en absoluto es erroneo, y tenemos que reconfortarnos con saber que es posible encontrar el equilibrio mucho antes de ese “zero”.
Sigo paseando por los articulos del blog, pero te saludo, y a todos los miembros de la comunidad. Gracias por hacerme sentir contenida y entusiasmad de continuar en este camino.
Un abrazo.
Nina.
¡Hola Nina! Me alegra muchísimo que te hayas cruzado con mi blog, y que estés encontrando cosas útiles y que te entusiasman por aquí. Estoy 100% de acuerdo contigo con respecto al título de “zero waste”… y pues es que sí, que sea cero —al menos en las condiciones en las que vivimos— es imposible. De hecho tengo planeada una publicación en la que quiero explorar un poco más ese concepto, pero que ya saldrá a la luz el año entrante. Espero que, cuando la publique, también te pases por aquí y me cuentes qué te parece. ¡Un abrazo!
Muchas gracias a ti y a Bea por compartir esta entrevista tan motivadora!
Creo que lo importante es ir paso a paso para evitar la frustración, ir marcándonos pequeñas metas y seguir avanzando :)
Siempre me alegra leerte <3
Un abrazo!!
Qué bueno que te haya gustado, Camila.
Lo de las metas puntuales es clave, porque si no creo que da la sensación de que cualquier tarea es demasiado grande, y verlo de esa manera da más agobio que motivación. Gracias a ti por pasar por aquí a leer :-)
Me encantó, ella es tan bella. Me sentí muy identificada. Yo también pasé por el punto de intentar hacerlo toooodo en casa; es agotador y desgastante, pero me parece que es un paso muy muy importante: cuando aprendemos el proceso de algo, lo que se requiere -y, más importante, lo que sobra- en su producción, sabes cómo comprarlo, sabes identificar el producto verdaderamente ecológico o integral.
La solución para mi ha sido la COMUNIDAD: apoyar productos e iniciativas locales (formales e informales), truequear, enseñarle a un familiar/amigo que esté desempleado a hacer una de estas cosas y se las compramos a ellos… en fin.
Rato sin pasarme por aquí. Un saludo, Mariana, y gracias por tus escritos :)
¡Hola Verónica! Estoy totalmente de acuerdo contigo… para mí, ese proceso de hacer “todo” también ha sido importante, porque me ayuda a entender la complejidad que se esconde detrás de los productos que uso, y eso —aunque después opte por seguir comprándolos hechos— me enseña a valorarlos más.
Y sí, la comunidad es clave también :-) Gracias a ti por pasar por aquí a leer.
Me ha encantado esta entrevista, he intentado reducir nuestros residuos familiares y nuestro consumo y justo ahora estamos en la etapa en la que regalaremos la mayoría de los juguetes de mis hijos (después de explicárselos muchas veces y de escogerlos concienzudamente) Sin embargo ha sido un camino difícil, a veces tal como lo dice la entrevista siento que no lo estamos logrando y me frustro, pero leer me ha hecho replantearme nuestros objetivos familiares y si, tenemos que lograrlo poco a poco.
¡Muchas gracias por compartir esta entrevista !
Un beso desde México
¡Gracias Crys! Me alegra mucho que te haya gustado, y que te haya servido para recuperar la motivación, replantear, y seguir en el camino. ¡Un abrazo!
Hola el libro de la señora bea donde lo consigo en ebook en español?