Uno de los desafíos (si se le quiere decir así) de ser vegetariano o vegano es el tema de salir de casa. Cocinar a mi gusto, añadiendo lo que quiero comer y quitando lo que no me gusta es muy fácil en mi propia cocina… pero salir a comer a otro lugar trae consigo ciertas incomodidades, más aún cuando ese otro lugar es otro país, con otro idioma y otras costumbres alimenticias. De hecho una de las preguntas que me hacen con más frecuencia es si es muy difícil ser vegano/vegetariano cuando uno quiere viajar; y la respuesta es: depende, y no.
Depende de qué sea lo que uno considera “difícil”. Nos hemos acostumbrado a tener todo tan al alcance de la mano, todo es directo, instantáneo (el café, las sopas, la comunicación, etc.) y nos cuesta mucho trabajo lidiar con cosas que hace unos cuantos años eran consideradas normales y que en este momento parecen ser —para muchas personas— esfuerzos sobrehumanos. Aquí quiero desmenuzar un poquito esas ideas de lo que puede ser “difícil”.
Para algunas personas lo difícil es “resistirse” a las tentaciones gastronómicas de otros lugares; algunos no conciben la idea de viajar y no probar hasta la última excentricidad de la cocina local, así que les parece descabellado pensar en visitar un lugar y no probar cada cosa que se les cruza por el frente: cerebros de mono, entrañas de serpiente, estómago de foca bebé… ¡qué sé yo! Todo bajo la idea de “a donde fueres haz lo que vieres”. Y aquí es donde yo trazo la línea, ¿por qué voy a hacer lo que sea que están haciendo en otro lado, si eso que están haciendo me desagrada, me hace sentir incómoda o atenta contras mis principios?
A mi me encanta viajar, y he tenido la fortuna de conocer muchas ciudades y pueblos de diferentes países, en varios continentes, en los que he probado incontables delicias culinarias sin tener que dejar a un lado lo que siento que está bien o está mal (vale aclarar que ese “bien” o “mal” es obviamente distinto para cada uno). Estoy segura de que muchas personas que han viajado a Vietnam se han abstenido de comer perro porque les parece que está mal, a pesar de que se trata de uno de los platos típicos de ese país; bueno, es la misma lógica… si no quiero comer vaca, cerdo o cualquier otro animal mientras estoy en mi casa, ¿por qué voy a cambiar de parecer por estar en suelo internacional? a fin de cuentas…
“Cambian de cielo, no de espíritu, los que huyen al otro lado del mar”
Para otras personas lo “difícil” es tener que tomarse el tiempo para leer el menú de los restaurantes hasta encontrar un buen lugar, uno que ofrezca cosas que sean ricas y nutritivas. No es difícil, es lo mínimo que uno debería hacer si quiere comer bien sea lo que sea que quiera comer, ¿no? Además encontrar opciones vegetarianas es fácil incluso en los lugares más carnívoros porque hasta los platos llenos de carne los sirven con algún tipo de vegetal, es cuestión de preguntar, sonreír y pedir el favor. La verdad es que si en un lugar te dicen que no tienen NINGUNA opción vegetariana es porque no te quieren atender, y siendo ese el caso vale la pena buscar un lugar en el que tengan una mejor atención a sus clientes, o por último cocinar tú mismo… sale más barato y lo puedes hacer a tu gusto. ¡La plata que te ahorras te la puedes gastar en cerveza o en regalos para ti o tus amigos!
Para otras personas lo “difícil” es tener que planear, tener que pensar en qué voy a comer si voy a estar caminando en X lugar, qué puedo desayunar si dormimos en X ciudad. Esta es una de esas tareas que solían ser normales y que ahora se toman como un castigo. Planear es parte del viaje, y puede ser tan tedioso o tan entretenido como uno quiera. ¿Vas de caminata y todos van a llevar sánduches de jamón? Busca un tofu en el mercado y sazónalo con cosas ricas. ¿No hay tofu? Haz un puré de fríjoles, garbanzos o lentejas y combínalo con vegetales crudos o salteados. Hasta en el país más carnívoro vas a encontrar frutas y vegetales, así que a menos que tu viaje sea a Groenlandia (donde el acceso a vegetales puede ser mucho más limitado y la base de alimentación es definitivamente carnívora) no tienes ningún problema.
Así que ahí dejo la parte de “depende”. Ahora voy a la otra parte de la respuesta: NO, no es difícil viajar siendo vegetariano o vegano. No es difícil asumiendo que viajar y ser vegetariano son dos cosas que uno está haciendo porque quiere, y cuando uno hace las cosas porque quiere encuentra la manera de hacerlas y listo, o como dicen por ahí:
“El que quiere encuentra una manera, el que no, encuentra una excusa”
Ahora, en conclusión, aquí están las cosas que debes tener en cuenta si eres vegetariano o vegano y te vas de viaje (cerca o lejos):
1. Planea: es parte del viaje
Busca información sobre las costumbres alimenticias del lugar que vas a visitar para que te hagas una idea de qué tan fácil (o difícil) puede ser conseguir opciones vegetarianas o veganas. Es muy probable que en este proceso descubras maravillas gastronómicas locales que otros viajeros no han conocido porque se han quedado con lo más común y de más fácil acceso.
2. Pierde el miedo
A pedir modificaciones en los menús de los restaurantes; la mayoría de los platos son vegetarianizables, y muchos son veganizables, es cuestión de preguntar y pedir el favor de buena manera. La mayoría de los restaurantes no tendrán ningún problema en modificar un plato para ti… y de hecho es posible que ni siquiera necesites pedir esas modificaciones, pues cada vez es más común encontrar restaurantes vegetarianos y veganos en todas partes. Puedes usar herramientas como Happy Cow para buscar restaurantes en el lugar que vas a visitar, y llevar una lista con las direcciones en caso de que no tengas fácil acceso a internet.
3. Cocina
Si estás quedándote en casas de amigos, en hostales, en alojamientos de AirBNB o Couchsurfing la mejor opción es cocinar, así puedes hacer las cosas a tu gusto y ahorras un montón de plata que puede ser útil para que disfrutes otras cosas del viaje.
4. Aprende a comer bien
Esto es importante también si estás en casa, pero es esencial cuando estás de viaje pues te debes alimentar bien para estar saludable y disfrutar el paseo sin percances. Acostúmbrate a comer buenas cantidades de fruta, vegetales, legumbres y frutos secos. Estos últimos son una excelente manera de mantener un adecuado consumo de proteína y otros nutrientes esenciales aún cuando no tienes acceso a comidas vegetarianas más elaboradas.
5. Sé flexible
Un desayuno turco es muy diferente a un desayuno colombiano. Si sales a buscar comidas similares a las que comerías en casa es posible que te encuentres en situaciones muy frustrantes, pero si te enfocas en las prioridades (disfrutar el viaje y comer bien) te aseguro que encontrarás muchas opciones. Tal vez en casa no desayunarías lentejas y ensalada… pero estás de viaje, ¿qué más da? ¡Disfruta!