Hoy es lunes, un día común y corriente que por su nombre y por sus connotaciones laborales se ha ganado el rechazo de una buena parte de la humanidad; pero los lunes, como todas las cosas en la vida, pueden verse desde diferentes perspectivas… y desde mi perspectiva, la de millones de animales y de cada vez más personas el lunes es un día maravilloso. Es un día sin carne.
La historia del lunes sin carne empieza en la época de la primera guerra mundial; en esa época se plantearon varios días similares (martes sin carne, miércoles sin trigo) en los que se buscaba recordarle a los ciudadanos que era necesario racionar el consumo para alimentar a las tropas y a las poblaciones en Europa en las que se había interrumpido la producción y el transporte de alimentos. En la segunda guerra mundial ocurrió algo similar con el consumo de carne, azúcar y gasolina.
En el 2003 se retoma la idea pero esta vez como un programa de concientización de salud pública. La campaña se ha popularizado y cada vez es más común oír hablar del lunes sin carne; incluso los gobiernos de algunos países han apoyado la iniciativa convirtiéndola en una campaña nacional.
Pero el lunes sin carne es mucho más que una campaña. Si bien es cierto que miles de estudios confirman el riesgo que genera el consumo de carne para la salud de los humanos, ésta ya no es la única preocupación, pues miles de estudios también confirman el deterioro del medio ambiente generado por la industria cárnica (en toda su cadena de producción) y en general se afirma que el consumo de carne es el segundo causante de los problemas de cambio climático, después del uso de combustibles fósiles. De hecho, justo en estos días se está presentando un documental que muestra el consumo de carne como el principal desencadenante de los problemas ambientales con los que nos enfrentamos actualmente. Se llama Cowspiracy, para los que lo quieran buscar.
El lunes sin carne es mucho más que una campaña: es el primer paso para un cambio que responde a una necesidad de supervivencia
Hay un montón de páginas web y comunidades en Facebook que hablan sobre el lunes sin carne, y quiero aprovechar la información que se encuentra en una de ellas para compartirla aquí, y responder la pregunta: ¿Por qué sin carne?
1. Por la salud
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en todo el mundo. Cada año mueren más personas por problemas al corazón que por cualquier otra dificultad médica. Y el principal factor de riesgo es la alimentación.
Según un estudio de la prestiogiosa Universidad de Oxford, Inglaterra, quienes llevan una dieta vegetariana tienen un 32% menos de riesgos cardiovasculares. En este contexto, cada día sin carne de una semana disminuye en un 4,5% las posibilidades de sufrir enfermedades del corazón.
2. Por los animales
Se calcula que cada segundo mueren 2.000 animales en el mundo. Vacas, cerdos, pollos, peces y muchas otras especies capaces de sentir dolor, son exterminadas con la excusa de alimentarnos. Por otra parte, científicos liderados por Stephen Hawking firmaron el año 2012 lo que se conoce como la “Declaración de Cambridge”, un texto que reconoce la existencia de conciencia en los animales (para mi y para muchas otras personas es un asunto absolutamente evidente… pero hay quienes se niegan a reconocerlo incluso ante la evidencia científica). Se calcula que cada vegetariano salva 95 vidas cada año, mientras que una persona que se suma a los Lunes Sin Carne salva 14 animales en 12 meses.
3. Por las personas
Si para producir un kilo de carne se utilizan entre 15 y 20 kilos de cereales, ¿cuántas personas podrían alimentarse si estos alimentos fueran destinados a los seres humanos? En el mundo, cada 15 segundos muere un niño por culpa de la desnutrición. Comer carne es un lujo, pero el problema es que hemos dejado de verlo como tal. Un kilo de carne alcanza para que coman sólo 4-5 personas, mientras que con 15 kilos de legumbres pueden alimentarse más de 200 personas.
4. Por el planeta
La ONU, a través de su Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), determinó que el 18% de todos los gases de efecto invernadero a nivel mundial provienen de la industria ganadera. Esto supera incluso a todos los medios de transporte del planeta, y sitúa a la ganadería como el principal responsable del calentamiento global. Por eso, en un sólo día sin carne, cada persona reduce su huella de carbono en un 12%.
Por otra parte, la cría de animales es una de las formas más ineficientes de producir alimentos. Para producir un kilo de carne, se utilizan entre 15 y 20 kilos de cereales, y 15.000 litros de agua. De esta forma, en un sólo Lunes Sin Carne puedes ahorrar el agua suficiente para 16 duchas.
La salud, los animales, las personas y el planeta… deberían ser suficiente motivación para cuestionar nuestros hábitos alimenticios, ¿no?
Si el desafío les parece pequeño, ¡pueden probar a ser vegetarianos de días hábiles! Graham Will tiene una charla de TED al respecto, muy recomendada.