Recuerdo bien el momento en el que descubrí el blog de Viajeros Reverdes: fue a través de una publicación en la página de Facebook de Veganise, una marca de ropa creada por una chica polaca, de la cual yo había comprado una camiseta hace poco… otro agujero de conejo de esos que me gusta encontrar en internet.
Me sentí feliz. Siempre me siento feliz cuando encuentro proyectos que siento tan cercanos a mi corazón, cuando confirmo una vez más que el mundo —a pesar de que a veces no lo parezca— está lleno de personas que se preocupan por el cuidado del planeta y el bienestar de los animales al igual que el bienestar de las personas. Empecé a leer una publicación tras otra y a ver sus bellísimas fotos, e hice lo que sentí que era necesario: escribirles para decirles que me había quedado encantada con su blog y para agradecerles por ser uno de esos granitos de arena brillantes que ponen el peso en el lado bueno de la balanza… y con sus respuestas confirmé algo que ya sospechaba: que quienes están detrás de esas publicaciones y esas fotos son personas amigables y sensibles, de esas que se les ve la sonrisa a través del texto de un e-mail; gente bonita de verdad verdad.
En Viajeros Reverdes vas a aprender muchas cosas, seas o no seas viajera/o, y seas o no seas vegana/o. Entrevistas, recetas, ideas sobre turismo responsable, preciosas postales desde diferentes lugares del mundo… seguramente vas a llegar a conocer mucho de Sandra y a Javi a través de lo que escriben, pero hoy vamos a tener la oportunidad de saber un poco más de ellos y de las ideas que dieron origen a su proyecto de manera más directa. No te distraigo más y te dejo con la entrevista:
Mariana: ¿De dónde nace la idea de crear Viajeros Reverdes? Viajeros hay muchos, y veganos también… viajeros veganos seguro hay un montón, pero muy pocos se animan a compartir su proceso. ¿De dónde surge la idea de compartir con el mundo sus experiencias?
Sandra : Viajeros Reverdes nace de la necesidad de compartir que viajar con conciencia por el mundo es muy gratificante. Creamos el Blog de viajes como un punto de encuentro diferente donde difundir nuestras experiencias vividas, tanto con reflexiones e imágenes, para que pudieran ser de utilidad a todas aquellas personas interesadas en un turismo saludable, ético y sostenible.
¿Cuál fue el primer viaje que hicieron juntos? ¿Cuál fue el primer viaje en el que se plantearon ese cambio de estilo de vida hacia “traviajadores”?
Uno de los primeros viajes como pareja que recordamos con muchísimo cariño, fue el que hicimos a Londres. Y de eso hace ya la friolera cantidad de 12 años (2004). Por aquél entonces, aterrizamos algo confusos en medio de la cultura británica. Aunque a primera vista no tienen nada de especial, el ir y venir de los black cabs, los bed & breakfast, las cabinas de teléfono bañadas de rojo y la exquisitez londinense, nos dejaron fascinados. Seguíamos en occidente pero, esa otra interpretación de una misma cosa, despertó de golpe la curiosidad con cuestiones acerca de cómo entienden la vida nuestros vecinos del mundo.
Nunca nos habíamos propuesto llevar una vida de trabajadores en movimiento. Adorábamos viajar y lo hacíamos tanto como podíamos. Quizás, cuando realmente caímos en la cuenta de que nuestro trabajo como autónomos nos permitía trabajar de manera deslocalizada, hicimos la conexión. Así que en la balanza de pros y contras, la curiosidad y la sensación de no tener nada que perder fueron las razones de peso que nos llevaron a coger las mochilas para empezar a viajar a la vez que trabajar. Y la gran prueba para saber si este concepto era viable fueron 3 meses en Japón.
¿Funcionó? Y tanto que sí. ¡Aquí seguimos! ;-)
¿De qué trataba la primera publicación del blog? ¿Cómo sienten que ha ido evolucionando el proyecto con el paso del tiempo?
La primera entrada es de mediados del 2013 y hace referencia a cómo viajar con plenitud. Aunque está un poco enfocada desde el romanticismo de aquél que mira el mundo con ojos inocentes de niño, en ese momento ya teníamos claro que viajar de la manera que queríamos hacerlo precisaba de dos cosas: tiempo y una firme declaración de intenciones para disfrutar de cada travesía con educación y elegancia.
Al ser una época gastronómica relativamente nueva en muchos sentidos, fuimos experimentando y tanteando poco a poco antes de lanzarnos a escribir sobre nuestras vivencias viajeras. Comprobamos entonces de que el mundo no era tan ideal como imaginábamos al principio pero, eso qué importaba. Es perfecto en su natural imperfección y eso es lo que más nos atrae de él.
Meses después, cuando vimos que lo recopilado podía ser útil para otros viajeros, empezamos a compartirlo junto a una fusión de pensamiento ético y salud aplicable en ruta.
¿Qué es lo que más les gusta del proceso de compartir sus experiencias
en Viajeros Reverdes?
Cuando empezamos a viajar por primera vez como veganos, no sabíamos si iba a resultar fácil o difícil. Hasta entonces, no habíamos prestado atención a las posibles alternativas culinarias que todo país tiene, es decir, a la cara más verde de su gastronomía. Una vez en ruta, es enormemente gratificante comprobar de primera mano que hay muchas personas con las mismas inquietudes y que promueven una alimentación sin crueldad, aunque se encuentren a decenas de miles de kilómetros de distancia.
Por supuesto que a veces resulta fácil y otras no tanto como quisiéramos. El truco está en la previsión y en la anticipación para salir airosos ante las inesperadas situaciones que puedan llegar surgir. Disponer de un canal de comunicación para dar a conocer estas anécdotas, consejos y aventuras, y que haya personas dispuestas a leerlas para poderles sacar partido en sus propios viajes, es una sensación muy gratificante.
Sé que suele ser un proceso, pero ¿recuerdan el momento en que finalmente decidieron dejar de consumir productos de origen animal? ¿qué fue lo que les pasó por la cabeza en ese momento?
Si describiésemos la sensación justo en el momento en que fuimos conscientes de lo que comíamos, fue la de descubrirse el telón ante nuestros ojos. ¿Por qué no nos habíamos preguntado ciertas cosas? ¿Por qué dimos por hecho otras tantas? La verdad es que nos sentimos algo desconcertados. Quisimos saber más y más para responder al aluvión de dudas y ser capaces de elaborar un punto de vista propio sobre de la nueva situación que se nos planteó.
Una vez que nos dimos cuenta del gran impacto que tienen todas y cada una de las decisiones gastronómicas sobre el planeta, no nos vimos con corazón de seguir participando en algo que no acababa de encajar con nuestros pensamientos.
¿Hay algo que piensen que fue clave en el proceso de llegar a esa decisión? Una persona, un libro, una película… ¿qué fue lo primero que los hizo pensar “debemos re-pensar las cosas que estamos comiendo”?
Sin tener intención alguna de perder peso, el libro de ‘La antidieta’, de Harvey y Marilyn Diamond, cayó en nuestras manos. Éste hablaba de un concepto nuevo para nosotros: qué comer para optimizar correctamente la energía. No seguimos ninguno de los planes de dieta que proponían en sus páginas pero éste hizo que nos replanteáramos muchos de los alimentos consumidos por aquel entonces, y la leche fue el primero de todos.
No nos pusimos una fecha tope para dejar de consumir productos animales ya que nuestra transición a vegetarianos se dio a lo largo de un par de años. A medida que pasaban los meses, y ya habiendo prescindido de la carne y el pescado, dejamos de sentir atracción por los derivados animales. Éramos conscientes de lo que suponía su consumo tanto a nivel ético, global como para la salud, así que para nosotros fue un paso muy natural y sensato.
¿Creen que la preocupación por la sostenibilidad los llevó a ser veganos
o fue al revés?
Nuestro proceso interior de cambio empezó por la necesidad de adoptar una dieta más saludable. Después de leer, ver y escuchar, llegamos a la conclusión de que los productos animales no tenían cabida en este nuevo estilo de vida. Durante el camino, la ética surgió espontáneamente a consecuencia de este cambio. Más tarde, también la sostenibilidad acabó llamando a nuestra puerta.
Entendimos que era de vital importancia defender y cuidar el planeta para asegurar las necesidades del presente sin comprometer las de las futuras generaciones. Ahora disponemos de más potencial que nunca para hallar un equilibrio que complazca a los miembros implicados. Forma parte de nuestra responsabilidad atender a las llamadas de alerta de este pequeño punto azul pálido.
Está visto que somos parte del problema pero, por fortuna, también lo somos de la solución.
¿El hecho de ser viajeros y veganos ha afectado la manera en la que se relacionan con la gente?
Al principio íbamos con pies de plomo por si nos consideraban marcianos recién aterrizados de un planeta utópico lleno de arco iris y nubes de color rosa. Comer es un acto importante que sociabiliza y establece lazos de comunicación. No sólo nos servimos de alimentos sino que también nos nutrimos de otras historias dentro de un marco social y cultural muy variopinto.
Como creemos que la naturalidad y la sencillez han de sobreponerse a situaciones incómodas o artificiales, hemos compartido mesa con personas tanto afines como no a nuestra filosofía, y esto no ha supuesto problema alguno. Es más, ha suscitado mucha curiosidad e interés entre los comensales.
La imposición de ideas que chocan con las realidades personales de cada individuo, provocan reacciones totalmente contrarias a las deseadas. Por lo que la franqueza y la llaneza son los mejores aliados para obtener una mejor comprensión y respuesta por parte de los que nos rodean y no nos conocen. Así daremos lugar una situación agradable, cordial y fructífera de la que se podrá extraer muchísimas cosas interesantes. Las diferencias nos unen mucho más de lo que nos pensamos.
¿Piensan que el hecho de conocer más el mundo los ha hecho relacionarse con el planeta de una manera distinta?
Definitivamente sí. Abrirse al mundo lleva a desprenderse de las verdades que tenemos interiorizadas como inamovibles. Todo cobra una nueva perspectiva: todo es relativo, nada es absoluto. Aprender de las realidades ajenas ayuda a enriquecer y nutrir la mente; a su vez destruye tópicos baratos y nos empuja a desligarnos de miedos injustificados.
Viajar es un fantástico ejercicio de contemplación hacia afuera que cambia el color de nuestra mirada en relación al mundo y sus habitantes.
¿Cuáles dirían que son sus 5 lugares favoritos del mundo? (sé que es difícil jajaja, pero los que sientan que son sus favoritos en este momento)
Los lugares visitados donde nos hemos sentido especialmente cómodos y no nos importaría repetir una y otra vez (a falta de descubrir otros muchos) serían las islas de Okinawa en Japón, la hinduista isla de Bali, Irán en su totalidad, el pueblo budista de Larung Gar en la prefactura tibetana de China y la rosa del norte de Tailandia, Chiang Mai.
¿Cuáles son los 5 lugares que no conocen y que más les gustaría visitar?
Nos encantaría visitar Bután, Tíbet, las islas Cook, toda Latinoamérica y Nueva Zelanda.
¿Cuál sería el consejo más importante que le pueden dar a otros viajeros?
A lo largo del viaje se nos plantearán situaciones que, casi seguro, se escaparán de nuestros esquemas mentales. Será entonces cuando entrará en juego nuestra capacidad de adaptación y aceptación, que son básicas para saber disfrutar de todo momento, en cualquier lugar.
Fluir, fluir y fluir. Gocemos del mundo y sus sorpresas, seamos tolerantes y benevolentes con nosotros mismos. Aparquemos a un lado la obsesión porque al fin y al cabo, viajar es aventurarse a los encantos de este excitante planeta, sea allá donde sea, con sus luces y sus sombras.
Y por último, me gustaría que compartieran con nosotros una foto de uno de esos lugares favoritos de los que hablaron antes :-)
No una, sino 5 fotos de los 5 lugares que nos han robado el corazón ;-)
Okinawa:
Bali:
Irán:
Larung-gar:
¿Qué te parece? Te invito a que viajes sin mapa a través de las publicaciones de Viajeros Reverdes, los visites en su página de Facebook y sigas sus fascinantes recorridos a través de Instagram.
Todas las fotos de esta publicación son de Viajeros Reverdes. Las letras dibujadas sobre la imagen de portada son hechas por mí.