Me gusta mucho hacer leche de almendras, ¡es taaaan fácil y queda tan rica!
La uso para un montón de cosas: batidos, salsas para pasta, pudín de chía, chai-latte, o simplemente la tomo así sola, no necesita nada más. Pero siempre me he preguntado qué hacer con la masa sobrante (cascajo o ripio), porque ahí quedan un montón de nutrientes todavía y me parece un desperdicio tirarla a la basura.
He probado varias recetas, he tratado de hacer pancakes, he usado parte de la masa para hornear muffins, la he mezclado con la granola… todas funcionan bien pero sólo uso una parte de la masa, así que igual siempre se me termina perdiendo una parte que se queda en la nevera, y de la que no me acuerdo hasta que la saco toda llena de hongos. Entonces decidí experimentar y probar a hacer algo que quedara tan rico y que fuera tan fácil de hacer, que definitivamente no se desperdiciara ni una sola cucharada. Creo que lo logré.
La masa se usa tal cual como queda después de cernir la leche, con un poquito de humedad. Se pone en un recipiente grande, en el que se pueda hacer la mezcla cómodamente, y con la ayuda de una cuchara o con las manos bien limpias se mueve un poco para que quede más suelta. Aparte, se ralla un limón grande por el lado más fino del rallador.
Se mezcla la ralladura de limón con la masa de almendras. Se añaden 3 cucharadas de panela (se puede reemplazar por azúcar moreno), 4 cucharadas de margarina vegetal derretida (se puede usar aceite de coco o algún aceite de sabor suave) y media cucharadita de jengibre en polvo. Dependiendo de la humedad que tenga la masa, es posible que sea necesario añadir un chorrito de leche de almendras (lo cual no va a ser un problema porque la acabas de hacer, pero igual lo puedes reemplazar por agua). A ese tris de leche yo le añadí unas gotas de esencia de vainilla.
Después, con las manos bien limpias, se empieza a mezclar y a amasar todo; vas a notar que la masa toma forma con mucha facilidad. Cuando todo esté bien mezclado puedes empezar a hacer bolitas, así:
Se guardan en la nevera, ¡y listo! Son perfectas de postre o para complementar una merienda… ricas, nutritivas y súper fáciles de hacer, ¿se puede pedir algo más?
Aquí va la receta resumida:
Para hacer las bolitas de almendra y limón necesitas:
- Cascajo o ripio de almendras, lo que queda sobrando al hacer un litro de leche de almendras aprox.
- La ralladura de un limón grande.
- 3 cucharadas de panela o azúcar moreno.
- 4 cucharadas de margarina vegetal o aceite de coco.
- 1/2 cucharadita de jengibre en polvo.
- Un poquito de leche de almendras o agua.
- Unas gotas de esencia de vainilla.
Se mezcla todo, se amasa muy bien, se hacen bolitas y listo. Se guardan en la nevera en un recipiente hermético.
¿Te animas a probarlas? ¿Tienes algún otro truco para usar el cascajo/ripio de las leches vegetales? ¡Cuéntamelo en los comentarios!